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jueves, 5 de junio de 2008

RENUNCIA DE DIRIGENTES JDC

Un importante número de dirigentes de la Juventud Demócrata Cristiana formalizaron hoy su renuncia al PDC y decidieron unirse al Movimiento Social Cristiano (MSC).El MSC es liderado por Hernán Bosselin, y la renuncia de los líderes juveniles fue motivado por la lucha del bien común y la búsqueda de una sociedad donde exista mayor justicia social. El ex 1er. Vicepresidente de la JDC y ex encargado nacional universitario, Elson Bórquez, invitó a los jóvenes a “dar el paso y separarse de la actitud cómplice y complaciente de la política con la miseria y la insensibilidad social”. Del mismo modo destacó “la importancia de luchar por una sociedad honesta, fraterna y transparente”.Entre los líderes juveniles, de diferentes partes del país, que se han incorporado al Movimiento Social Cristiano se encuentran: Elson Bórquez, Sebastián Gayoso (Valparaíso), Miguel Angel Calisto (Valdivia), Sebastián Fritzer (Bío Bío), Fernanda Arce (Provincia Cordillera), Rodrigo Antilef (Antofagasta), Marco Cataldo (La Pintana), Ricardo Lorca (Ñuñoa), Daniel Zambrano, Carla Canales (Malleco), Erni Soto (Provincia Santiago Sur), Ana Solano (Antoagasta).También se encuentran: Patricio Campillay (Ex encargado Nacional Comisión Indígena JDC), Eric Varas (Bío Bío), Francisca Acevedo (Calama), Domingo Hernández (Parral), Gabriel Rozas (Zona Oriente - Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea), Daniel Parra (San Ramón) y Juan Marcelo Jaque (Lampa), entre otros.Santiago de Chile, 5 de junio 2008

martes, 6 de mayo de 2008

Presentación a Comisión de Hacienda

Señor
Presidente de la Comisión de Hacienda del Senado
Honorable Senador
Don Eduardo Frei Ruiz-Tagle
Presente

Estimado Señor Senador:

Tengo el agrado de enviar mis observaciones en materia de políticas económicas. Éstas son las siguientes:
Problema real y respuesta del Banco Central.
Después que representantes de todos los sectores del país, empresarios, parlamentarios, economistas, hicieron ver al Banco Central durante meses, que la situación de la apreciación del peso era insostenible, éste ha respondido positivamente anunciando el tan necesitado soporte al valor del dólar, que se traduce en medidas concretas de compras diarias por US $ 50 millones hasta completar a fines de año un total acumulado de US$ 8.000 millones.
Esta reacción viene a confirmar que el valor del dólar estaba por debajo de su valor de equilibrio de largo plazo, y que era necesaria la intervención de la autoridad monetaria para que el peso de ese desajuste no fuera pagado por el sector productivo, por los centenares de miles de personas que trabajan en las actividades exportadoras, que no se han beneficiado con un alza de sus precios de exportación, ni por los sustituidores de importaciones.
El costo total de esta intervención se calcula en poco más de US $ 300 millones, que se pueden reducir mucho más si el dólar logra posicionarse a niveles más altos ya sea por efecto de la medida o por corrección de su valoración global. Sin embargo, estimamos que sus beneficios exceden con mucho los costos, porque representa para las mayorías un punto de inflexión de una situación insostenible y que se venía arrastrando desde hace mucho tiempo.
En efecto, desde julio del año pasado, el tipo de cambio observado ha experimentado una caída de casi 15%, y el tipo de cambio real, esto es, el dólar corregido por la relación entre la inflación externa e interna, lo ha hecho en casi 12%. Si a esta situación, se añade el problema de los costos de la energía y de la sequía que ha afectado tanto actividades agrícolas como industriales, se comprenderá que la reacción del Senado en su reunión del 2 de abril fue completamente justificada.
Problemas pendientes.
Sin embargo, al observarse la reacción de los mercados un día después del anuncio, se ve que el esfuerzo anunciado será bastante marginal, en lo que toca a la posición de las empresas afectadas y su proyección futura. El anuncio produjo un alza del mercado del dólar en torno al 3%. Esto significa, mirado solamente desde el punto de vista cambiario, que de no continuar el deterioro cambiario y que el efecto final, si fuera similar al de otras naciones que han aplicado políticas similares como Israel, sería de este orden y no producirían un mayor efecto. Por decirlo en forma directa, estamos solucionando solamente la quinta parte del problema.
En segundo lugar, hay un perjuicio ya producido, que ha deteriorado la situación económica de las empresas por lo menos durante un año, experimentando pérdidas de producción , pérdidas financieras, pagar los impuestos que no se han modificado acorde a las circunstancias, forzándolas a endeudarse más en un horizonte con plazos de pago muy cortos. Y que esta corrección solo ayudará, en caso de ser efectiva, un quinto de los problemas de aquí para adelante.
Además estará presente el problema de la inflación, que el Banco Central ha anunciado que tratará esterilizando, es decir colocando bonos en el mercado para recoger la emisión de circulante producto de las compras de dólares de su intervención.
Otro problema no menor es que estaremos apagando un fuego mientras queda perfectamente activo otro, el diferencial enorme de intereses que atrae “capitales golondrina”, para aprovecharse de esta mayor rentabilidad. Estimamos que si bien el Banco Central ha quitado el sesgo alcista de su tasa de interés a futuro, ésta brecha continuará o se ampliará en la medida que EE.UU. continúe bajando sus propias tasas con el fin de corregir la crisis que enfrenta.
Medidas adicionales que deben ser consideradas.
1.- Encaje a los capitales golondrina.
Se debería poner un encaje transitorio a los capitales golondrina mientras dura esta brecha. Este encaje operaría imponiendo un depósito a las inversiones netamente financiaras de corto plazo equivalente a la diferencia de rendimiento de la inversión entre Chile (6,25%) y EE,UU. (2,25%) de manera que estos fondos especulativos se desalentarían y no legarían a liquidar dólares para convertirlos en pesos, lo que vendría a deprimir todavía más el dólar.
Esta medida no debería ser obstaculizada por los TLC, y se deben impetrar razones de fuerza mayor, ya que pueden ser tan incidentes como el precio del cobre
2.-Eliminación completa del impuesto específico a los combustibles.
Es necesario aquí insistir en la necesidad de eliminar completamente el impuesto específico a los combustibles-y no parcialmente como se ha hecho hasta hora que abultan innecesariamente el costo del transporte, y el costo de vida de todos los chilenos, donde sufren las grandes mayorías que son la clase trabajadora y la clase media.
Esta medida lleva dos ventajas adicionales. Al abaratar el costo final de los combustibles, subiría su demanda, reforzando el esfuerzo para hacer subir el dólar. Y en segundo lugar, tendría un efecto significativo en la baja de la inflación, colaborando con el rol del Banco Central de llevar la inflación a su rango meta, induciéndolo eventualmente a bajar sus propias tasas de interés, en lugar de simplemente mantenerlas, además de beneficiar a tantas e innumerables actividades que se afectan por el costo de los combustibles.
3.- Reprogramación de deudas a las pequeñas y medianas empresas, tanto exportadoras como sustituidoras de importaciones.
Esta sería la contraparte del endeudamiento a que han incurrido para enfrentar las menores entradas por la baja del tipo de cambio
4.-.Tributación de la pequeña y mediana empresa por las utilidades retiradas.
Una medida tantas veces solicitada y que consiste en dar facilidades a las pequeñas y medianas empresas para recapitalizarse. Y esto es que aquellas unidades productivas con ventas hasta por UF 25 mil al año tributen sobre las utilidades retiradas y no por las devengadas, de manera que cuando el dólar logre despegar y empiece a normalizarse su situación, puedan recuperar en alguna proporción sus pérdidas hacia atrás.
Focalización del problema del bajo crecimiento económico.
Sin excepciones de ninguna especie, todos se sorprenden por los bajos índices de crecimiento del país, más allá de los factores puntuales que afectan algunos precios de productores, como los alimentos, la energía y la misma desaceleración económica de EE.UU.
Esta experiencia del dólar es un claro ejemplo de que la autoridad puede y debe intervenir para corregir algunos rumbos que imponen un costo demasiado elevado a la sociedad.
Sin ir más allá, el terrible problema de la sequía debió contar desde un principio con la exención del impuesto territorial de aquellas actividades afectadas por este efecto climático, y que sin ingresos, deben endeudarse para cumplir con sus obligaciones tributarias.
Pero la sorpresa e inquietud cunde por el bajo desempeño de la economía chilena y es ahí donde deberían agregarse elementos adicionales que contribuyeran a corregir ese defecto.
Las causas del fenómeno son atribuibles a la carga tributaria, expansión del gasto fiscal, rigidez y agudización de los conflictos laborales, todas materias que en su justo mérito y equidad debieran ser revisadas. Sin embargo, entre estos factores que afectan a empresas, no solo grandes sino también de menor tamaño, no se menciona la necesidad de reinsertar en el circuito crediticio y en la economía chilena a centenares de miles de personas desplazadas de sus trabajos sea como trabajadores o como emprendedores, y en tanto las autoridades permanecen sin pensar en un uso activo y productivo de los enormes recursos que tiene el país acumulados en el extranjero y que esta intervención del Banco Central, incrementará todavía más .
Los procesos para lograrlo son inevitablemente al menos dos: el primero es normalizar en base a reprogramaciones u otros mecanismos, la carga financiera y la limpieza de antecedentes comerciales y financieros, que son el efecto de su falta de acceso al crédito y desplazamientos de todos los mercados que ya dura más de diez años, y es un problema que supera con creces el ya serio problema cambiario.
Las políticas para lograr esta inserción, en un mundo globalizado que no desconocemos, es abrirles espacios a las pequeñas y medianas empresas en el proceso económico, sean exportaciones, sustitución de importaciones o importaciones, y su debida complementación con la gran empresa, cuya necesidad es incuestionable, y usar recursos del Estado para que ello sea posible, tanto en la orientación, capacitación, incentivos tributarios y apoyo crediticio.
Este problema no solo atañe a los pequeños y medianos empresarios, ya que estos albergan y generan ingreso a la gran masa de la población trabajadora, de manera que sin su prosperidad, las grandes empresas orientadas al mercado interno se quedarán o sin compradores o con deudores que no le podrán pagar las fuertes deudas en las que ya han incurrido.
Reflexiones finales
Para dar una magnitud sobre lo recién mencionado, bastará recordar que en los mejores momentos de la entrada de capitales en la década de los noventa, el flujo de capitales eran 5 mil millones de dólares anuales. Con 30 mil millones guardados, y que crecen día a día, se podrían sortear por lo menos 6 años de desaceleración mundial, robusteciendo el mercado interno, como lo hicieron las economías asiáticas durante su propia crisis. A pesar de cuanto dure la desaceleración en EE.UU., Chile podría seguir creciendo y lograra un deseable equilibrio entre lo que exporta y su mercado interno, un equilibrio entre la gran empresa y la pequeña y mediana, y quedar ad portas del desarrollo en lugar de haberse empobrecido aún más
Saluda atentamente a US.,

ADOLFO ZALDÍVAR LARRAÍN
Presidente del Senado

lunes, 5 de mayo de 2008

Días de Incertidumbre

Quien puede dudar que son días de incertidumbre en la política Chilena?? Nadie. Hacerlo es desconocer ciertos fenómenos que están ocurriendo hoy en nuestro país.
Atravesamos un momento histórico, donde cada uno de los movimientos que hace la sociedad y los partidos políticos trasuntará la frontera del tiempo.
Tal como sucedió en los ochenta, cuando el PDC lideró la transición de la dictadura a la democracia, el ambiente político se convulsionó. Hoy esa efervescencia no es la misma, producto del cansancio cívico que hoy mantiene un alto porcentaje de la población con apatía de la participación política, pero para quienes estamos más inmiscuidos en ella sabemos que soplan vientos de cambios.
El cuadro político ha tomado un giro que venia mostrando atisbos ya desde los inicios de la campaña del señor Lagos. Y siempre fueron los militantes del PDC quienes movían el ambiente con sus eternas disyuntivas respecto a su política de alianzas. El panorama actual es más gravitante por que pareciera que son todas las fuerzas políticas del país las que buscan cambios en sus actuares y alianzas.
En lo formal se mantendrá la lucha de la Concertación con la Alianza, por el momento, pero soterradamente se viene dando otra lucha que incluye una fauna variada e impredecible. Liderazgos propios, visiones distintas dentro de las colectividades y errores en la administración del poder son señales que repercutirán en un cambio en la política chilena.
Tal vez una señal de lo anterior sea lo que grafique los votos que obtenga ChilePrimero y el Partido Regionalista de Independientes en las elecciones municipales, instancia clave para el cálculo electoral frente a la elección presidencial.
Dentro de este contexto dejo lanzada la inquietud, para que en un marco de respeto y de visión republicana opinemos y saquemos conclusiones que puedan aportar al ideario colectivo.